Archive for May 2017

Zapateros, lustradores, vendedores ambulantes surgen en Perú como parte de una economía sumergida.

May 25, 2017

Décadas de trabajo en la calle y una clave para atraer clientes en Lima

Lustrador

Por Marbella – Lima, Perú

Con un periódico en la mano. Así lo encuentras a José Zarate Laura cada vez que está a la espera de un cliente para sacarle brillo a su calzado. Son 35 años de sus 60 de edad que se dedica a esta actividad ubicado en la plazuela San Agustín en el Centro de Lima, Perú.

Uno de sus secretos para conseguir nuevos clientes, además de su excelente trabajo, está en mantener diversos temas de conversación mientras embetuna los zapatos de sus más de 20 clientes que recibe a diario.

La lectura es un instrumento que me ayuda a conseguir más clientes porque recibo a personas de diversos niveles socioeconómicos y mientras lustro su calzado les converso sobre política, deportes o lo que sucede en el mundo”, cuenta José con una sonrisa en el rostro.

Natal de Cusco, ciudad imperial ubicada al sureste del Perú, José llegó solo a la capital a los 17 años y empezó a trabajar como canillita (vendedor de periódicos), sin tener un lugar dónde dormir por las noches. Es así que tras intentar en varios trabajos para subsistir empezó como ayudante de un lustrador de zapatos quien le enseñó los trucos que más adelante le servirían para dejar relucientes los zapatos de sus clientes.

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Ocho años después, a sus 25 años, junto a un colega decidió colocar su pequeño puesto en la plaza que hasta hoy en sus días se mantiene presente desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche.

“Una vez me puse a comentar sobre el mal desempeño de la selección peruana mientras le lustraba las botas a un señor que estaba leyendo su periódico. De pronto, veo que el señor deja de leer el diario y lo reconozco. Resultó ser el entrenador de la selección”, recuerda José como una de sus anécdotas más resultantes durante sus años de trabajo.

Al poco tiempo, su colega, decide retirarse del negocio, momento en el cual Zarate opta por continuar solo con su emprendimiento. Y es que poco a poco sus clientes fueron aumentando gracias a su buen trabajo.

En buenas épocas, es decir, más en invierno, puede llegar a atender entre 25 a 30 personas al día pero en la actualidad comparte su espacio de trabajo con un familiar.

“La lectura es elemental por eso cada vez que no estoy atendiendo a uno de mis clientes lo que hago es leer e investigar. Hace poco estuve leyendo acerca de una investigación científica. Recuerda ello que …”, continúa contando José mientras le saca brillo a sus ideas mientras se despide de su último cliente.

El caso de José es uno de los miles de trabajadores independientes que luchan día a día por salir adelante en un panorama laboral donde prima la informalidad o el trabajo por la izquierda –el 73% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el país es informal, según datos del Instituto Peruano de Economía (IPE)-.

Además, Perú es uno de los países de Latinoamérica en los que más aumentaron los trabajadores independientes durante el año 2016, con un crecimiento del sector del 4,4%. En el resto de América Latina, el crecimiento del trabajo independiente lo lidera Ecuador con 10,9% seguido por Panamá con un 6% y en tercer lugar se ubica Chile con 5,5% durante el año pasado, según datos de la Cepal y Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El poder de la sangre americana

May 21, 2017

Una mujer tarahumara gana un ultramaratón en México sin equipación deportiva

María Lorena Ramírez corrió más de siete horas en sandalias y sin entrenamiento formal

María Lorena Ramírez tiene 22 años y es una de las mejores corredoras de largas distancias en la comunidad indígena rarámuri (o tarahumara). El 29 de abril quedó primera en la carrera UltraTrail Cerro Rojo, celebrada en Puebla y en la que participaron 500 atletas de 12 países. La imagen de la mujer tarahumara en el podio junto a la segunda y tercera clasificada se ha compartido más de 50.000 veces en Facebook desde el 13 de mayo. La publicación es de la página Que Todo Tehuacán Se Entere, dedicada a difundir noticias de interés para los habitantes de ese municipio poblano, y destaca que Ramírez logró la victoria «sin chaleco de hidratación, sin tenis, sin licras y mangas de compresión… Sin todos esos gadgets del runner de hoy. Sin andar publicando sus kilómetros».

La ganadora aparece con un gesto serio y sosteniendo un papel en el que consta que recibió 6.000 pesos por su hazaña (poco menos de 300 euros). No lleva ni ropa ni zapatos deportivos, sino una falda y un par de huaraches (sandalias con suela de neumático), con los que corrió durante siete horas y tres minutos. Esta indumentaria es común entre los corredores indígenas tarahumara, acostumbrados a trotar entre las barrancas de la sierra chihuahuense sin nada más que lo puesto. El año pasado, Ramírez quedó en segundo lugar en la Ultramaratón «Caballo Blanco 2016», en Chihuahua, en la categoría de los 100 kilómetros.

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“No llevaba ningún aditamento especial”, cuenta a Verne Orlando Jiménez, organizador de la carrera por segundo año consecutivo. “No traía ningún gel, ni dulces para la energía, ni bastón, ni lentes, ni estos tenis carísimos que todos llevamos para correr en la montaña. Solo una botellita de agua, su gorra y un paliacate (una pañoleta) en el cuello”.

«Los mejores corredores de México»

Corredora americana

Correr largas distancias es algo habitual en la familia de Lorena Ramírez. A la competencia de Puebla asistió con su hermano mayor, Mario, que quedó en el décimo lugar en la categoría de los 30 kilómetros. La ultramaratón de Chihuahua la corrió con tres de sus siete hermanos y con su padre, Santiago. Él contó al diario El Universal que corre desde niño, igual que su padre y que su abuelo, con la motivación de “ganar”, “de no perder” y “de no tener hambre”.

Lorena y su hermano llegaron hasta Tlatlauquitepec gracias al apoyo de los organizadores del certamen. Hicieron más de dos días de viaje por tierra desde su comunidad, en la Ciénega de Norogachi (municipio de Guachochi), hasta el Estado de México. Ahí los recogió el corredor Leonel Aparicio y ese mismo día recorrieron otras cinco horas en auto hasta el Pueblo Mágico poblano. Al día siguiente, Lorena corrió 50 kilómetros y resultó campeona.

Verne intentó contactar con la corredora en el teléfono móvil de su hermano, pero la señal no es muy buena en la sierra de Chihuahua. Su anfitrión en Puebla y el Estado de México convivió con los hermanos durante una semana, y en ese tiempo le contaron que no tienen un entrenamiento formal. “Lorena se dedica a cuidar su ganado: tiene vacas y chivas, entonces camina entre 10 y 15 kilómetros diarios con los animales”, cuenta Aparicio. Para mantenerse hidratados, los corredores tarahumara consumen pinole, un polvo de maíz con agua que además es parte de su dieta básica.

La mayoría de los indios rarámuri viven en la Sierra Tarahumara (Chihuahua). «Son por naturaleza los mejores corredores de México», afirma el organizador de la carrera de Puebla. Su resistencia física está grabada en su nombre. Rarámuri viene de las raíces rara, que significa pie, y muri, que significa correr. Es el pueblo de los “pies ligeros” o los “corredores a pie”. El libro Nacidos para correr, de Christopher McDougall, popularizó su historia (y su técnica).

Cortesía Danai García Fotografix

Cortesía Chris Charpof Fotografix

Lorena y Mario Ramírez junto al organizador de la carrera de Puebla. Cortesía Danai García Fotografix